Hace poco me inquirían por el uso de metáforas en mis escritos, ejercicio que se cuela hasta en los géneros aledaños, tal el caso del texto que hoy comparto (a los tiempos, ya lo sé) con ustedes. ¿Qué puedo hacer? Salgo del entuerto por la tangente y cito al Señor Alejandro Sanz: "no es que sea mi trabajo, es que es mi idioma".
Con ustedes "Un sinfín de soles", letra para una canción:
Cuando miras a lo lejos
el horizonte haces cantar
Se desprende en tus anhelos
la tristeza de callar
Pues lo has dejado todo
procurando seguridad
y sin embargo te confunde
de tus ojos el buscar
Y hay un sinfín de soles
De los que sólo oirás hablar
Así que tiéndete en la orilla
Que yo te presto mi mar
Y no traigo las respuestas
ni lo que quieres escuchar
solo tengo la distancia
que me permites tocar
Y hay un sinfín de soles (…)
Entonces caminas leve
tratando de abrigar
en espacios infinitos
aquel deseo de volar
Luego preguntas cómo
acariciar la libertad
si no hay tiempo en esta vida
para darse de verdad
Y hay un sinfín de soles (…)
Y no traigo las respuestas(…)
Y hay un sinfín de soles (…)
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