martes, 5 de agosto de 2014

Las certezas no asumibles

Algunas cosas vuelven a un punto inicial. Quisieras desdoblar tu piel para que en ella cunda ese ser bifurcado que se te antoja eres. Estar de pie de frente a la vida debería ser un estadio vital más animado, a la vez inquietante, a la vez apetecible. Pero las certezas que te nacen no tienen cabida en la historia que vas contando. ¿Qué haces?

Por lo pronto prefieres el silencio donde la palabras acumula una serie de frases que te asaltan en tropel. Son construcciones que decides deben no ser dichas, cifradas, aunadas a una métrica, a un sistema y un sentido posibles. Luchas porque las cosas que configuran tu universo sean suficientes, únicas y totalmente importantes.

Sin embargo, ese silencio atiborrado de decires inunda tu pensamiento. Sí, aquel pensamiento que es asaltado por imágenes, sonidos, olores, sensaciones vividas e imaginarias. Anhelos y apetencias que acaso crees necesitar; y puede que no las necesites, pero su ausencia es invitación a una melancolía que se retrotrae sobre la espiral en la que se despliegan los latidos de tu corazón.

Das, entonces, la espalda a lo que sientes y rechazas el beso imaginado que se posó en los labios reales que día a día te traen noticias de la realidad que elegiste, la cual conoces como tu vida.

Y así, vez tras vez, tropieza la poesía y cuanto canto suba por tu lengua y busque la luz de tu boca, el sabor que sólo tu voz podría darle.



sábado, 12 de abril de 2014

"Un sinfín de soles"

 A pesar de los años que llevo escribiendo versos, haciendo poesía quizá en alguno de ellos, no he perdido la inquietud de entender que el valor adicional que podemos darle a las palabras no radica en la belleza sino en la sinergia que podamos lograr con las imágenes y las metáforas; esa suma de sentidos que en el secreto lector/secreta lectora dotará a nuestro decir de un sinfín de significados; a pesar de lo cual persistirá la razón de nuestro discurso.

Hace poco me inquirían por el uso de metáforas en mis escritos, ejercicio que se cuela hasta en los géneros aledaños, tal el caso del texto que hoy comparto (a los tiempos, ya lo sé) con ustedes. ¿Qué puedo hacer? Salgo del entuerto por la tangente y cito al Señor Alejandro Sanz: "no es que sea mi trabajo, es que es mi idioma".

Con ustedes "Un sinfín de soles", letra para una canción:


Cuando miras a lo lejos
el horizonte haces cantar
Se desprende en tus anhelos
la tristeza de callar
Pues lo has dejado todo
procurando seguridad
y sin embargo te confunde
de tus ojos el buscar

Y hay un sinfín de soles
De los que sólo oirás hablar
Así que tiéndete en la orilla
Que yo te presto mi mar

Y no traigo las respuestas
ni lo que quieres escuchar
solo tengo la distancia
que me permites tocar

Y hay un sinfín de soles (…)

Entonces caminas leve
tratando de abrigar
en espacios infinitos
aquel deseo de volar
Luego preguntas cómo
acariciar la libertad
si no hay tiempo en esta vida
para darse de verdad

Y hay un sinfín de soles (…)

Y no traigo las respuestas(…)

Y hay un sinfín de soles (…)


Las certezas no asumibles

Algunas cosas vuelven a un punto inicial. Quisieras desdoblar tu piel para que en ella cunda ese ser bifurcado que se te antoja eres. Estar ...